virginia

For glory, God, and gold and The Virginia Company
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La Compañía de Virginia de Londres recibió una carta del recién coronado Rey Jacobo I. en 1606, siguiendo el precedente establecido por otras compañías como la Compañía Moscovia y la Compañía de las Indias Orientales.

La Compañía que recibió su nombre de la «Reina Virgen» Isabel I, recientemente fallecida, fue creada como una sociedad anónima, que se financió por medio de acciones  a un costo de 12 libras, el riesgo estaba implícito, podrían compartir el éxito o el fracaso.

El objetivo principal era generar ganancias para sus accionistas así como establecer una colonia inglesa en el Nuevo Mundo, ante el éxito de las colonias españolas en América, que llevaban un siglo exportando galeones repletos de oro y plata.

En diciembre de 1606 tres barcos de la Compañía Virginia, que contenían 144 hombres, mujeres y niños,  zarparon. El 13 de mayo de 1607, estos primeros colonos seleccionaron el sitio de una isla a la que llamaron Jamestown para establecerse y construir un fuerte.

Los aventureros de Jamestown habían sido embarcados con engaños, se les había prometido llegar a poco menos que «El Dorado«, el concepto que tenían de América era una tierra abundante en metales preciosos, por lo que en lugar de ganado e instrumentos para la agricultura cargaban con instrumentos de medición para el oro, no estaban preparados para lo que les esperaba.

Lo que encontraron los primeros colonos fue el infierno en la tierra, pues se habían asentado dentro del territorio del imperio nativo de los Powhatan, guerreros muy diestros con el arco y la flecha, lancetas que se disparaban más rápido y eran más certeras que un mosquete inglés y es que, además de padecer crudos inviernos, la hambruna acabó con el 70% de la colonia e hizo que después de comerse los caballos, se comieran sus botas y zapatos, hasta llegar al canibalismo.

El viaje a Norteamérica había sido muy duro, muchas personas murieron y al establecerse, los primeros colonos tenían otra misión apremiante además de sobrevivir, era el compromiso de obtener ganancias para los accionistas de la Compañía de Virginia, por lo que al no encontrar el oro ni las gemas a flor de piel, hicieron uso del recurso más abundante que disponían, el más valioso de todos, la tierra y gente que la trabajase.

Aunque los colonos estaban muy decepcionados de que el oro no brotara de las playas y las gemas no crecieran en los árboles, se dieron cuenta de que había un gran potencial para otro tipo de riqueza en su nuevo hogar, aprovechando los recursos disponibles, desarrollaron incipientes industrias como la fabricación de vidrio, la producción de brea, alquitrán y la fabricación de cerveza y vino.

Dentro del fuerte de tres lados erigido a orillas del James, los colonos descubrieron rápidamente que eran, ante todo, empleados de la Compañía de Virginia de Londres, y debían seguir las instrucciones de los hombres designados por la Compañía para gobernarlos.

Los trabajadores estaban cuidados con guardias armados y podían comprar ropa y comida en una tienda de raya, después de trabajar 7 años eran libres, eran acreedores de su propia tierra, aquellos que llevaban armaduras y armas,  se les pagaba con tierras, dividendos o acciones adicionales de la Compañía.

Inicialmente, los colonos eran gobernados por un presidente y un consejo de siete miembros seleccionados por el Rey, pero la lucha por el poder no tardó en aparecer, entre dos grupos que se enfrentarían; además de que enfermedades, habían caído muchos por los incontables asaltos inesperados de los powhatan,  amotinamientos internos, carestía de alimentos y agua así como innumerables conflictos interpersonales, mermaron la paz.

El tercer líder de la colonia y quien puso orden al caos fue el Capitán John Smith quien mejoró las relaciones con los Powhatan, casándose con la hija del jefe, Pocahontas. La prosperidad alcanzada hizo que en 1609,  los dividendos de la Compañía se dispararan y se lanzó una intensa campaña de reclutamiento, más de 600 colonos zarparon.

Desafortunadamente estos nuevos colonos se enfrentaron con tiempos de hambre y carestía, que cegaron la vida de muchos recién llegados y con ello el valor de las acciones cayeron por los suelos al llegar las noticias a Inglaterra, por lo que muchos accionistas exigieron su dinero y la Compañía se vio enredada en docenas de casos judiciales.

Además de estas pérdidas, la Compañía se vio obligada a incurrir en una deuda adicional cuando envió a cientos de colonos más a Virginia y había poco capital para contrarrestar la deuda aplastante, pues no se había encontrado oro en Virginia.

El comercio de productos producidos por la explotación de las materias primas encontradas en América fue mínimo. Los intentos de producir vidrio, brea, alquitrán apenas habían sido rentables y lamentablemente, esos productos se podían obtener mucho más baratos al otro lado del Atlántico.

La fama era cada vez más mala, las luchas internas y los problemas financieros les llevaron a organizar una campaña publicitaria masiva, la Compañía cubrió las esquinas de las calles con folletos tentadores, publicó 27 libros, artículos persuasivos e incluso convenció al clero a predicar sobre las virtudes de apoyar la colonización.

El Capitán de la Colonia escribiría cartas a los accionistas para tranquilizarlos:
«Las deudas de la Compañía nos hace muy solícitos y saben que no somos dueños de nosotros mismos, pues debéis saber que todo lo que hacemos no es de manera gratuita, sino por la ventaja y el bien de la plantación y de la colonia, no podemos permitir ni desear que la Compañía sea deshabilitada o deshonrada ni que estas privadas personas que están de pie y comprometidas, sean dañadas de alguna forma, pues todos nuestros deseos son y siempre han sido muy buenos para con vosotros..»

En lugar de prometedores retornos instantáneos y grandes ganancias para los accionistas, la Compañía explotó el sentimiento patriótico y el orgullo nacional. Se aseguró a un accionista que su compra de acciones ayudaría a construir el poder de Inglaterra, para convertirla en la superpotencia que merecía ser.

Los nativos paganos se convertirían a la forma apropiada del cristianismo, la Iglesia Anglicana, las personas sin trabajo podrían encontrar empleo en América y ayudar a crear un imperio a la altura de España.

Los ingleses mordieron el anzuelo pues la nobleza deseaba ganar el favor demostrando su lealtad a la corona, la creciente clase media también vio la compra de acciones como una forma de superarse a sí misma. Pero la realidad era que en Jamestown la gente seguía muriendo y para 1612, las deudas de la Compañía habían aumentado a más de 1,000 libras.

Lamentablemente, en 1616, la Compañía de Virginia sufrió más adversidades, pues a los colonos originales se les debía su tierra y acciones y a los inversores iniciales en Inglaterra se les debían sus dividendos. La Compañía se vio obligada a incumplir sus promesas de efectivo.

Habia dos filosofias dentro de la misma, expandir a Inglaterra en un territorio ultramarino y comerciar para obtener ganancias, prevaleciendo la última. El tabaco descubierto en el caribe por los españoles y sembrado en Cuba, fue el cultivo de elección para sanear las finanzas de la empresa y satisfacer las necesidades burguesas de la aristocracia europea, un barco con 22 esclavos africanos fue la solución que encontraron los nuevos terratenientes que buscaban progresar a la par de su Compañía.

El origen de la Compañía de Virginia con financiamiento público difería de las capitulaciones reales de conquista españolas, los dividendos prometidos a los accionistas, la búsqueda insaciable de utilidades con el menor esfuerzo, la esclavitud y el servilismo, así como los aparatos de representación, constituyeron la etapa más primitiva del Capitalismo.